Xoota
Mi premio dixtópico de 2016 es un poema de John M. Ford de 2006, que es, echando la vista atrás, lo que más me ha gustado del año en cuanto a subcultura guay.

Against Entropy

The worm drives helically through the wood
And does not know the dust left in the bore
Once made the table integral and good;
And suddenly the crystal hits the floor.
Electrons find their paths in subtle ways,
A massless eddy in a trail of smoke;
The names of lovers, light of other days—
Perhaps you will not miss them. That’s the joke.
The universe winds down. That’s how it’s made.
But memory is everything to lose;
Although some of the colors have to fade,
Do not believe you’ll get the chance to choose.
Regret, by definition, comes too late;
Say what you mean. Bear witness. Iterate.
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http://www.youtube.com/watch?v=vtSVwrYdJwg

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’Nuff said, muthafuckas!
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He vuelto de mi retiro a las frías tierras de La Rioja, y ahora me estoy torrando vuelta y vuelta, pero vamos, qué se le va a hacer.

Al final ha sido bastante prolífica la lectura y visionados en estos últimos días. Nada de cómics (aunque antes de irme, me puse al día con Inio Asano y certifico que es lo puto crack), pero mucho libraco, que ya me iba haciendo falta.

Brilla, mar del Edén de Andrés Ibáñez es el que abrió la veda. Parte de la premisa de Lost (y yo nunca fui nada fan de la serie) y desarrolla una serie de personajes y situaciones de quitarse el sombrero. Es justo lo que se necesita en verano, un tochal ligerito, ameno, coral, divertido, con varias novelitas dentro de la novela en los que Andrés Ibáñez hace ejercicios muy bien logrados de estilo/narrativa (y es que es difícil parecerse a un Cheever canalla, luego escribo a lo Bolaño y termino con el rollo japorrealismo mágico) y con una narración muy de serie de televisión, con su ritmo, su sensación de que el escritor va improvisando y que a veces apabulla un poco con esa sensación de sentido de la maravilla en el que va lanzándose una sucesión de órdagos solo porque se lo permite la ambientación. Muy recomendable, en serio.

Luego se me rompió el kindle y todo eso, así que tiré de librería de segunda mano.

Cayó un relato corto de Heinrich Böll, El pan de los años mozos, que es una tontería salvo por un párrafo que se marca el tío que es totalmente antológico. Hipocresía, sentimiento de culpa, posguerra y esas cosas que tan bien narraba el tío. Está bien.

Leí también dos biografías de Sarah Bakewell, la de Montaigne, que está bastante bien aunque se desinfla (es lo malo de Montaigne, que intentar darle una estructura lineal de principio a fin es quizá cagarla, porque el ser humano no entiende de planteamientos, nudos y desenlaces), y otra de existencialistas que ha conseguido que me entren ganas de desempolvar a Camus (uno de los multiples Kurt Cobains de los gafapastas de carné), e indagar más sobre Merleau-Ponty. Consigue, además, que leer sobre Heidegger sea ameno, así que ole por ella.

Después entronqué con Wolf in White Van, la novela de mi querido John Darnielle de The Mountain Goats, que comienza titubeante (aunque luego al final toma un poco de sentido), pero termina siendo una especie de thriller existencial con mucho Weltschmerz de ese que tienen los adolescentes, porque al final eso de ser adolescente es sentir todo el peso del mundo cuando te das una hostia contra un pico de la mesa por el hecho de que no calculas bien tu posición en el mundo (por el estirón y esas cosas). Entra dentro de esas odas a lo ochentero que tanto se llevan ahora y que supongo que es por el Weltanschauung actual, y la verdad es que me flipa lo bien narrado que está el "rollo juego por correo", que también existió por aquí, con el Tierra Media JPC de Central de Jocs como ejemplo. Esta es poco recomendable, pero tiene su público (aunque me consta que cuando tocó John Darnielle en Madrid hace un año o un par, fueron apenas 40 personas).

Leí también los relatos cortos que hay por la red de Alice Sola Kim, que es una hija bastarda asiáticoestadounidense de Philip K. Dick con detalles la mar de cucos.

Ahora estoy con My Real Children de Jo Walton, en la que una señora con demencia senil tiene recuerdos de dos vidas distintas; voy por la mitad y me está gustando bastante. Mucho feminismo, mucho cameo de famosetes del s. XX, algo de historia alternativa que le da sabor de ciencia ficción.

Y ya.
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Capitulazo el último de Peaky Blinders, después de empezar un poco de aquella manera.
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Pues a mí apúntenme en el bando de los que piensan que el tebeo no está tan mal.

Se nota al Johns que le gusta Flash, que se siente cómodo con los velocistas que controla y la historia no deja de ser un relato de Flash de una calidad aceptable. Al margen que sea el enésimo intento de DC de salvar unos muebles que ya se han quedado pasados de moda.

Lo de Watchmen es un poco chusco, sí, pero bueno, qué le vamos a hacer.



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Yo si quiero beef escucho a Kinder Malo, que me fascina.

Pero normalmente prefiero cosas como esta:
http://www.youtube.com/watch?v=kpp-Ry2ZNhY

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Venga, que sí se puede.
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Omega Men es esa serie de DC, que por ser de DC, nadie va a leer...

Y está muy bien.
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Jackamo Feena Nay, motherfuckers!

youtu.be/FMQRfliyznQ

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